Encuentros

Padre Amigo,
Espíritu que llama
a la contemplación del otro:
desde el misterio
del amor infinito,
que soy yo misma.

Anhelo ser pórtico para el refugio.

Aunque cueste calmar mi propio bullicio.

En silencio, vivo en tu libertad,
el sentido de ser cada día último.

Entre el fuego abrazador de
esta resplandeciente noche
que orienta
la actividad del nuevo amanecer.

No pierdo la esperanza de unidad
en medio de nuestra gran diversidad.