"Junto a El estuviste de pié como activo participante y tú misma escuchaste ser nombrada. Cuando tu Hijo fué bajado del madero y puesto en tus brazos, pudiste vivir la verdad: Este es mi cuerpo; esta es mi sangre; Así, el cáliz que El bebió y el pan que ofreció fueron preparados por ti, tal como lo haría un acólito de divino amor".

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